¡¡¡Nervios, muchos nervios!!!
Tenemos ganas de empezar y aunque ayer para las 21:00 ya estábamos en el saco, la cabeza no ha dormido ni una hora.
¡¡¡Por fin!!! Suena el despertador del reloj.
Arriba Isa que ya ha sonado el reloj.
¡Vamos! ¡ Vamos! Qué hace muy bueno y aquí entran los frentes muy rápido y tenemos muchas horas por delante.
Como hay gente durmiendo nos levantamos silenciosos y nada más vestirnos nos colocamos arnés, pintxos, cuerda…..
Salimos a las 3:15h. ya con todo preparado para andar. Hace bastante frío y la noche es oscura, hay luna nueva. Ya estamos metidos en el lio; ¡cuántos días en Barakaldo hemos estado hablando de este momento Isa y yo!
Progresamos por la ladera a un ritmo constante, llevamos una mochila para los dos, con un termo, los gore, un bote de agua, algunas barritas y cuatro cosillas más. El que va abriendo huella o por delante va sin mochila, pero al ritmo del de atrás. Así vamos ganando metros y de vez en cuando aprovechamos para comer un trozo de la barrita que llevamos cada uno en el bolsillo. Después de una hora paramos para beber un par de vasos de termo. Al echar el té en el vaso, está tan caliente que humea a la luz de los frontales. Ese trago nos vuelve a dar vida; el frío que hace a estas horas y la sensación de estar en un lugar que no controlas, desgasta mucho las fuerzas.
Llegamos al final de la pala y nos encontramos con un murallón de roca que aunque alumbres con el frontal no ves su final.
¡¡Qué hacemos!!
Hemos llegado demasiado pronto a la arista y si nos quedamos aquí quietos hasta que amanezca vamos a perder el poco calor que llevamos dentro. Yo llevo las nuevas manoplas de primalof de Trangoworld y de momento llevo las manos calientes, pero a partir de aquí me pondré los guantes que me ha arreglado nuestra amiga Mari Cruz. Gracias a ella que me ha arreglado varios pares dejándome cada dedo a medida, puedo agarrarme al piolet y cantear en la roca. ¡¡GRACIAS!!
Decidimos intentar buscar la ruta. Isa me asegura con la cuerda de 50m de 8.6mm que hemos traído. Vamos progresando, buscando los cramponazos y las zonas más evidentes de la pared. Aprovechamos también los tramos de nieve dura en travesía; tiene bastante pendiente pero a estas horas es «seguro». Progresamos rápido y para cuando empieza a amanecer nos situamos en la zona de arista más cómoda, aunque con bastante bloque suelto.
Seguimos por la arista y sin darnos cuenta estamos en la última pala de hielo. Son unos 400m hasta la cumbre, en los que no valen resbalones ni tropezones. El día está magnífico, aunque hace bastante viento.
Son las 8:15 cuando pisamos la bonita punta del Aspiring (3.033m). Mucha alegría, la tensión de días atrás se ha desvanecido y el subidón de adrenalina nos hace dar un aullido desde la cumbre que nos recuerda los grandes momentos que hemos pasado con Mariano en Cabaña Verónica.
Sacamos unas fotos y aprovechamos para ver todas las montañas que hay alrededor. El día es de 9, falla que hace viento en la cumbre, pero qué más podemos pedir a la Patxamama.
Comenzamos el descenso y yo al principio bajo más indeciso, con mucho respeto ya que la pala está muy helada y los pies todavía sufren lo suyo (me cuesta mucho más bajar que subir). Isa coge la voz cantante y se coloca detrás en la cordada, muy atenta a cómo voy bajando.
Ya en la arista nos lleva su tiempo subir y bajar bloques hasta llegar a la zona de los 3 rapeles. Aconsejable llevar cuerda de 60m. así que tenemos que hacer peripecias para llegar hasta el comienzo de la nieve.
Una vez que llegamos a la nieve, esta está muy transformada y te hundes un montón, así que bajamos tranquilos pero sin parar. La última cuesta para llegar al refu esa sí que tira para atrás las piernas, con tol solazo en la cabeza.
¡Por fin de nuevo en el refugio Collin Todd! ¡¡BIEN!! Son la 13:00horas y estamos muy contentos de cómo hemos ascendido la montaña.
Pensamos en irnos esa misma tarde hasta el refugio French Ridge porque para mañana ya no da tan bueno, pero la nieve está tan blanda que cruzar los dos glaciares así es una locura.
Disfrutamos del resto del día hidratándonos, comiendo, contemplando el paisaje y sacando unas fotos. sobre todo Isa que consigue sacar una foto al Kea con todas las alas abiertas. «Tuvo suerte» jajaja,
Yo estuve toda la tarde anterior intentándolo.
No se ha reído nada cada vez que me enseña esa foto.
Cena y a la litera que mañana queremos salir a las 5:00am para intentar llegar hasta el coche.
Un saludo
Isayrober